Vintage lata de café Douwe Egberts Aroma-Koffie Anno 1753

Lata de café vintage de Douwe Egberts Aroma-Koffie Anno 1753. 

Lata para el café de Douwe Egberts, reproducción de una lata de los años treinta. 

Este nostálgico negro / rojo / oro rectangular Douwe Egberts estaño está en buenas condiciones. Una adición muy agradable para el colector de las latas de la vendimia de las latas del café de Douwe Egberts en particular. 

Rastros mínimos de desgaste. 

• Altura: 10,5 cm.
• Longitud: 17 cm.
• Ancho: 10,8 cm.

DOUWE EGBERTS (también conocido como D.E.)
En 1753, Egbert Douwes y su esposa Akke Thysses comenzaron a vender café, té y tabaco en su pequeña tienda, 'De Witte O' (literalmente 'The White Ox'), en Joure, Holanda. Egbert Douwes es el fundador de la compañía que se hizo nacional e internacionalmente conocido bajo el nombre de su hijo Douwe Egberts, que se unió al negocio alrededor de 1780. Éxito de este último se puede atribuir el hecho de que, mientras que en su pequeña tienda Egbert Douwes sólo vendió a los aldeanos locales, Douwe Egberts construyó una reputación (regional) también suministrando los dueños de la tienda a otra parte. En 1919 Douwe Egberts va de local a nacional con un establecimiento en la Catherijnekade en Utrecht.

La tienda original se llamó El Buey Blanco - De Witte Os, en holandés - pero la familia renombró a la compañía Douwe Egberts como su comercio en café y té ampliado, junto con su reputación. A medida que el negocio se desarrolló, su sede se trasladó a Utrecht, y en 1920, el emblemático sello Douwe Egberts - ahora incorporado en el logotipo de la compañía - fue introducido.

La historia comenzó en un pequeño pueblo en los Países Bajos en el año 1753 - en torno al mismo tiempo que los cafés se estaban convirtiendo en lugares populares para reunirse para discutir los temas importantes del día. Egbert Douwes abrió un supermercado en Joure, vendiendo principalmente café, té y tabaco. Decidió, como otros comerciantes de la época, que el fácil acceso de Joure a las vías fluviales permitiría que el comercio floreciera, y tenía razón.

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